lunes, 2 de noviembre de 2009

APRENDIENDO (3ª parte)

A los 42, aprendí que si estás llevando una vida sin fracasos, no estás corriendo los suficientes riesgos. A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una pequeña postal. A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales. A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar kilos. A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en él. Y que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás. A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden.

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