A los 9 años aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta. A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo. A los 12, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía mas grandes en casa. A los 13, aprendí que cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo. A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada. A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
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